La jueza magistrada de la Audiencia Provincial Rosa María Ginel participó en los actos por el Día Internacional de la Mujer Trabajadora en el municipio de Alhendín. Rodeada de mujeres de todas las edades y en compañía de las concejalas del equipo de gobierno, Ginel recalcó la idea de “esfuerzo, educación, formación y trabajo” como herramientas básicas para la igualdad de género. Una charla intensa y directa, que se quedó corta para muchas, y que superó sin duda la expectativa de la magistrada: “con que mis palabras lleguen a sólo una cabeza y surjan efecto, me quedo contenta”. El 8 de marzo 1911, en Estados Unidos, más de cien mujeres fueron quemadas mientras llevaban a cabo una protesta por la defensa de sus propios derechos. Este fue el punto de partida para el reconocimiento del día de la mujer trabajadora a nivel mundial y este, también, fue el punto de partida en el acto conmemorativo que tuvo lugar en el Ayuntamiento de Alhendín. En la jornada, la jueza magistrada de la Audiencia Provincial Rosa María Ginel, en compañía del alcalde del municipio, Francisco Rodríguez, y el equipo de gobierno, ofreció una charla a una audiencia femenina que se mostró muy de acuerdo con la principal idea: “es imprescindible una educación igualitaria en el hogar”. El acto comenzó con unas palabras del alcalde que dieron paso a la concejala de igualdad, Concepción García. Ambos hablaron sobre la doble responsabilidad de las mujeres, que deben conciliar la vida laboral y familiar. Ambos se mostraron de acuerdo en sus discursos en la idea de que “mujer” y “trabajadora” son dos conceptos que siempre han permanecido unidos así como en la necesidad de “respeto para que las nuevas generaciones encuentren un trato igualitario”. Tomó la palabra la jueza magistrada Rosa María Ginel, invitada de honor por su trayectoria profesional, quien sin duda representa el esfuerzo, la constancia y los méritos en un sector tradicionalmente masculino. Ginel habló de forma cercana, con un toque de humor, pero también con mucha firmeza. Sobre todo destacó la necesidad de una “educación que parta desde el hogar. Los niños deben poner la mesa igual que las niñas. Todos hacemos de todo, no hay diferencias”, matizó. “Y sobre todo esfuerzo, mucho esfuerzo. Y estudiar, formarse y trabajo duro. Son las únicas claves. Las mujeres somos privilegiadas porque tenemos hijos y trabajamos. Nuestra jornada laboral es ilimitada, pero somos afortunadas como madres y luchadoras como mujeres”, dijo con fuerza, resaltando la idea que las mujeres “no somos víctimas ni debemos serlo”. Un tema por desgracia muy vinculado con la mujer es la violencia doméstica, para lo que Ginel también aportó como solución “la educación”. “En un entorno donde hay violencia, los menores toman como referencia esa forma de proceder y solucionarán en un futuro sus discusiones con violencia”, sentenció la magistrada. “Es imprescindible educar desde el cariño y el respeto”, añadió en este tema Ginel. Ginel terminó su intervención con la certeza de que “el cambio es necesario, aunque es un cambio que no puede producirse todo lo rápido que quisiéramos. Los hombres llevan toda la vida mandando y quitarles ese privilegio de golpe puede llevar a la violencia”. Reiterando la necesidad de una educación igualitaria dentro del hogar, la magistrada finalizó afirmando que “la valentía en un hombre se supone, la mujer tiene que demostrarla. Eso hay que cambiarlo”. El acto por el Día Internacional de la Mujer Trabajadora finalizó con una merienda y un baile en el Salón de Actos del Ayuntamiento, calificado como “entrañable” o “motivo de unión” por algunas de las asistentes.
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